Camiseta mojada…
Notaba su respiración encima de mí, casi podía confundirme y sentir que más que cerca, estaba dentro. Con su piel...
Cuando nazcas como madre, mírate.
Mírate igual o más que cuando no habías nacido.
Cuando observes a tu hije y no sepas cómo actuar, mírale. Mírate. Y siéntete también.
Cuando dudes de ti y de tus aptitudes de madre…Mírate. Mírale.
Cuando quieras actuar pero tu mochila pese demasiado, mírate, quiérete. sonríete.
Cuando tengas miedo, mírale, escúchale, siéntele.
Cuando rompan sin filtro contra ti, mírate, ámate y cúrate.
Cuando oigas a tu bebé llorar y no sepas cómo actuar: mírale. Mírate.
Cuando te sientas caer y solo quieras detenerte, siéntete. Detente y … mírate más.
Mírate a ti misma tan o tanto como te gustaría que los demás lo hicieran.
Créate tu propio camino.
Ámate para amarle sin filtros.
Respeta tu cuerpo y hazlo tu templo para que resulte cobijo cuando lo necesites. Deja salir igual que dejas entrar.
Sitúate frente al espejo cuando vayas a dormir y cuando te levantes y acaríciate. Pregúntate y respóndete.
Déjate sostener por quienes lo deseen y permítete suspiros, tantos como necesites mientras le hablas, le quieres y le comprendes, enseñándole amor propio, a hablarse, a quererse y a comprenderse.
Mírate y mírale para no perderos en vuestro propio camino.
Mírate y mírale para libraros de las interferencias.
Mírate y mírale para entrar en vuestra esencia y no perderla jamás.
Artículos que no te dicen cómo ser madre perfecta, sino que te acompañan a ser madre humana.
Historias, experiencias reales, y recursos que te sostienen.
Porque cuando entiendes lo que pasa, dejas de sentir que todo te pasa por encima.
No necesitas que te digan “todo pasa”. Necesitas que te sostengan mientras pasa.
Nuestros acompañamientos no son para enseñarte a ser una madre perfecta. Son para escucharte, ayudarte a entender lo que estás viviendo y darte herramientas reales para hacerlo más llevadero.
Estás criando una vida. Mereces que también cuiden de la tuya.